martes, 27 de marzo de 2018

Semana santa

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
40 días
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
En mi vida nunca había vivido una cuaresma tan cuaresma, siempre lo había intentado, pero no lo lograba o quizás la vivía desde la superficie, desde la razón, pero este año aunque me lo hubiera propuesto no lo habría vivido, han sido 40 días de desierto, de tentaciones, de escuchar al mundo y algunas personas decir "es malo, te usa, te castiga, no te quiere, sabe que siempre estás y te usa" y yo diciendo, no si es bueno, nos hemos equivocado, no es consciente, también otro tipo de tentaciones, "ya po si lo pasamos bien" y así rezando, esperando y enfrentando a esas tentaciones he podido avanzar, no puedo decir que no me he caído, he llorado, pero he dejado atrás algunas cosas que definitivamente no me hacían bien y que no estaban bien.  
Es tan fácil decir o pensar "¿Qué haría Cristo en mi lugar?" y decirlo o pensarlo desde la boca hacia afuera. En este tiempo puedo decir que he vivido mi pasión (la que me ha tocado este año), me he enfrentado a mis cruces, esas que echaba en la mochila y tapaba para no sufrir, en un relato han salido todas a relucir, las estoy trabajando, porque a partir de ellas encontraré y seré consciente de la felicidad de mi vida. Me enfrenté a mi Pedro, me han negado, al igual que Pedro a Jesús después de decirle tres veces que lo amaba, lo niega tres veces por miedo y en este tiempo me he sentido negada por quien me dijo tantas veces que me quería. He conocido a mi Judas, que resulta ser la misma persona que mi Pedro, me he sentido traicionada y vendida a los judíos, así es como una llamada puede matar tu espíritu, vendida y enjuiciada por el pueblo, haciéndome preguntas que quizás no tenía porque contestar yo, pero siendo sincera y diciendo lo que realmente pasó, quizás siendo egoísta podría haber dicho una mentira pero esas cosas no me gustan, creo que la sinceridad debe ir primero. Y hasta ahora he sido ofendida y humillada, nunca en mi vida me habían gritado e insultado así alguien a quien no conozco, como los judíos insultaron y escupieron a Jesús. Y aún así en mi corazón y mi mente no hay ni una pizca de odio hacia ti, y reconozco un poco ese amor gigante que experimentamos a la luz de la fe, ese "perdónalos porque no saben lo que hacen" que me nace desde el alma. De mi nace sólo amor y perdón para ti, a pesar de todo, desde mi conciencia, que cada día es mayor, porque he conocido y recibido amor, y para ti sólo te puedo dar amor.
Y espero con ansías está Pascua, si bien es cierto es una de las fiestas que más me gustan, que más sentido me hace, que siempre espero para ver si se realiza el milagro, este año la espero aún más, creo que viene el milagro, que todo estará más claro y desde aquí para adelante, otra vez, con fe, con fuerza y amor. Que muriendo destruyó nuestras muertes y resucitando restauro nuestra vida. Que los miedos quedarán atrás y podré vibrar desde el amor. 

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