Diciembre 2016, viernes 2. Vamos en dirección a viña a un encuentro de exalumnos de la carrera.
Taco para variar. Y te digo así sin anestesia, lo lanzo "no se si me quiero casar". No me respondes, cambias el tema. Llegamos saludamos, nos sacamos fotos, lo pasamos muy bien como siempre. Nos vamos.
Nos fuimos con unos compañeros a un bar, nos ponemos al día, en eso la Caro nos mira y me dice "Mimi, que le aguantas las leseras tú y más encima se las celebras". Unas amigas también me habían comentado lo mismo. Si lo sé, eso me encanta, nunca sentí que estuviera "aguantando", que fuera algo malo, eso me gustaba, tu forma de ser, tus bromas.
Nos fuimos a la casa de mi papás y en el auto me dices: "Bonita, si me has aguantado un montón de cosas". De verdad nunca lo sentí. Eras tu, lo que me gustaba, quizás no podías tomar las cosas muy en serio, pero nunca lo sentí una carga. Tu humor, tu forma de ser, todo eso eras tu, tu forma relajada (o que demostrabas) de ser, tu caminar despreocupado y rápido, todo eso me gustó cuando te vi y algunas cosas que en realidad nunca sabré que son, ese no se qué, esa magia...
Tu también me aguantaste un montón, mi mal genio, mi enojo, mi indecisión, mis viajes, mis ganas de estar siempre afuera, mi poca costumbre a estar en la casa, mis miedos y muchas otras cosas más...
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