Algo que no me gusta es que me escondan las cosas, quizás viene de la infancia, que tuve que descubrir algunas cosas sola, atando cabos, escuchando sin querer. Y algunas cosas que supe después, un poco dolorosas cómo enterarme por Facebook que una de mis abuelas había muerto. Creo que eso fue la gota que rebalsó el vaso y tuve la fuerza de decirle a mis papás y amigos que siempre siempre me dijeran las cosas a la cara, de frente, si, quizás sean dolorosas, pero ya sabré cómo enfrentar ese dolor o las emociones que viva en ese momento. Es como sacarse un parche, mejor rápido, aunque reconozco que a veces me demoro en sacarlo, y con dolor, ya veré si me sobo y sigo o si me quedo mirando cómo está la herida o si me saco la costra y me duele de nuevo o si espero a que cicatrice bien o si quedan marcas, o si la miro, me hago la loca y después me doy cuenta que todavía sigue ahí, que duele y que quizás se pueda hacer algo para mejorarla.
Y hoy, bueno hace unos días me hacen recordar esas heridas muy antiguas no cerradas, solo tapadas o reemplazadas por cosas, actividades. Corriendo por todos lados, estando y cuidando a otros, pero sin llegar a profundizar demasiado, para no perderme, para no perderlos. Y cuando profundicé, logré esa intimidad, me asusté, no supe bien que hacer, el agregado no acompañó, hoy me doy cuenta que mi actitud debería haber sido diferente, estábamos bien nosotros, éramos felices.
Ahora empezamos a trabajar en las pérdidas, esas que pasaron cuando chica, esas que no fueron resueltas, y que no me dejaron avanzar. Sería un simil a reagudizar una lesión física para que cicatrice bien, y puedas volver a hacer tus actividades de la vida diaria, trabajo, deporte...
"Será difícil y complicado para ti desde ahora, removeremos mucho, pero desde ahí sanaras las heridas, y podrás retomar tu vida con o sin él".
Y entonces pienso que quizás todo esto tenía qué pasar, para que nos enfrentaríamos a esos fantasmas, o pequeñas heridas que algún día tuvimos quizás mucho antes de conocernos y que no resolvimos, cosas que dejamos pasar, que no le dimos importancia, que podíamos seguir, a pesar del coscacho, el grito, la ley del hielo impuesta por personas importantes para nosotros.
Esa impresión que tenemos que ganarnos el amor y respeto de alguien, si en realidad cuando nos aman, nos aman así tal cual somos, sin condición, con nuestro pasado, con nuestras heridas e intentamos ayudarnos, acompañarnos y sanarnos para ser la mejor versión de nosotros mismos. Y en ese camino conocemos personas, algunos que intentan ser amigos pero en realidad solo llegan para enseñarte algo y pasan, otros se quedan esos que son de verdad que se preocupan por ti y no te condicionan.
Tantas ideas vienen a mi cabeza, pienso tanto, a veces me gustaría pensar un poco menos y recordar un poco menos, pero tengo que buscar el lado bueno de todo esto.
Hasta ahora nada está escrito... todo evoluciona lo que es para ti lo será cuando estés listo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario