domingo, 15 de abril de 2018

La tormenta

La llamo consciencia, su nombre real es Carolina, pero cuando estamos juntas y me habla, siempre lo hace desde la primera persona plural, como si fuéramos un equipo, como si fuéramos una, a veces me llama por mi nombre, otras por mi nickname, pero me ayuda a entender un poquito el mundo, reconoció mi funcionamiento y me ayudando a que yo lo comprenda y modifique lo que tiene que ser modificado. Como me dijo el jueves ahora estás viviendo tu miedo más grande, ese que viene desde pequeña, estás en el centro,  dentro de la tormenta, la estás viviendo, es lo más difícil.

"Y una vez que la tormenta termine, no recordaras como lograste, como sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa si es segura. Cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entro en ella. De eso se trata esta tormenta."
"A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir cruzándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta."
Haruki Murakami

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