miércoles, 18 de abril de 2018

Un adiós

Cuando murió mi abuelita, escribí unas líneas para ella, solo sería algo entre ella y yo. Cuando la Paula me pidió que leyera su carta pensé que también tenía que leer esas palabras que había dedicado a mi abuelita. Por primera vez en la vida me paraba en el ambón a leer algo y frente a tanta gente, leí mis palabras y después la carta de Paula. Uno de mis sobrinos me grabó para enviársela a Paula y ella pudiera ver que había leído su carta. También me envió el video. Días después del funeral me junté con Felipe y hablando le mostré el video, salió del lugar donde estábamos para ver el vídeo, había mucho ruido, al entrar me pasó el teléfono, me abrazó y me dio un beso en la frente y me dijo "primera vez que hablas frente a tanta gente en la iglesia, ¿cuando muera puedes hablar en mi funeral?".
 Como el miércoles para mí era el último día que hablaría contigo decidí escribirte lo que leería en caso que fuera a tu funeral, la verdad es que esa conversación era muy similar a una despedida, en ese momento algo murió algo de ti, algo de mí, algo de nosotros, y comenzó algo nuevo, ¿ese es el sentido o no?

Fe, mi Fe, mi amigo, mi compañero, fuiste, durante mucho tiempo una de las personas más importantes de mi vida. Al recordarte vienen a mi mente los mejores recuerdos, los años de universidad, los días, noches y a veces semanas de estudio, pero también las risas, los paseos, los carretes, los viajes, los regaloneos y tantas primeras cosas que hicimos y vivimos juntos. Me enseñaste a salir de mi, a buscar y pensar en otro, me hiciste valiente y es algo que siempre agradeceré, me diste los mejores regalos emocionales, me ayudaste a conocerme y enfrentarme a los miedos más grandes que he tenido. Junto a ti y después sin ti pase los dolores de crecimiento más grandes. Doy gracias porque siempre estuviste ahí, incluso cuando ya no tenías que estar. Siempre recordaré tu buen humor, tu compromiso, tu entrega, tu fortaleza. Tu entrega y preocupación  por los pacientes, tu sentido de justicia (que muchas veces no compartí, pero que admiré), tu capacidad de postergar y de pensar en un bien común y mejor, estaré eternamente agradecida que hayas sido mi compañero de vida tantos años y debo decir que compartimos los mejores años de nuestras vidas, contigo conocí la felicidad, y aprendí que el amor siempre está y es, nunca se acaba, solo se transforma, que sube y baja, pero se mantiene. Gracias por ayudarme a cumplir mis mayores sueños, el sueño de mi vida fue España y estuviste ahí, casarme y formar una familia, aunque no lo concretamos fuiste el que me dio toda esa ilusión. Juntos fuimos grandes, juntos fuimos mejores. Estoy segura que hoy es un hasta luego, está vida nos separa pero vendrá la próxima en la cual nos encontraremos y estaremos en armonía junto a todas las personas que hemos amado y nos han amado.
Hasta pronto, ya nos volveremos a encontrar. Amor eterno mi goldito lindo!


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