“En Jerusalén, la esperanza es eterna. La esperanza es como un perro fiel, a veces corre delante de mi para ver el futuro, para olfatear y luego la llamo: Esperanza, Esperanza, ven aquí, y ella viene a mí. La domestico, come de mi mano y, a veces se queda atrás, cerca de otros, tal vez con la esperanza de olfatear algo. Entonces yo la llamo mi Desesperación. Yo la llamo. Aquí, mi pequeña Desesperación, ven aquí y viene y se acurruca, y la vuelvo a llamar Esperanza. ”
BONO
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