lunes, 19 de febrero de 2018

El regreso

Volver... a la casa, al trabajo a la familia, y sentirse extraña, alejada, es raro, es como volver incompleto.

De regreso de vacaciones, donde descanse, mi cuerpo se sentía aliviado, caminaba tranquila, miraba, apreciaba, contemplaba, cerros, ríos, lagos, mar, arena, animales, paisajes, edificios, gente, familias, debo decir me encanta mirar, observar, aprender y deleitarme con las imágenes que entrega el mundo, creo que nuestros sentidos y nuestro cerebro es maravilloso, todo lo que nos entregan, lo que nos hacen sentir. Me sentí acogida, me reencontré con amigos, con lugares, conmigo.
Pero volver fue difícil, no pensé que sería así, y cómo siempre intento estar para todos y con todos, me gusta compartir, verlos, abrazar, conversar, pero es extraño enfrentarse sola, todos están mucho más asumidos y convencidos que yo.
Hace casi un año en casablanca mi hermano me preguntó, ¿pero cómo estás?, te veo bien, viajas, te vas, pero ¿estás bien? no te quise preguntar pero ¿qué pasó? Le hablé y me dijo yo también soy así, mi mujer me tira, yo me canso, tiendo a ser fome, pero ella me saca, me anima (ahí hice un click) pero siempre vamos a estar ahí contigo. Y me abrazó.
Claramente uno hace cosas y muchas para no pensar, para olvidar, para ocupar el tiempo, como tu me dijiste una vez en el auto, hasta decoupage estabas haciendo para no pensar. Y ahora yo hago, salgo, viajo, y sigo nuevo desafío ukelele, trabajo, presentar, reuniones, casa, perro, auto, amigos, familia...

La vida, la planeada y la realidad, pero como vi, leí, analicé para algo pasan las cosas, reafirme muchas cosas, dude (y dudo) de muchas más (como te dije una vez si no dudas de algo nunca estarás seguro que es así, que de verdad lo quieres), que quiero que me quieran como ahora, no como antes, y que sea como nosotros no como otros, que nunca será como otros, que todos somos distintos, me conozco cada día, me enfrento a los miedos más grandes, e intento dejar las cosas en manos de Dios, el sabrá que es lo que viene, sin expectativas, sin cerrarse a nada, viviendo, sintiendo y experimentando, pero como me dijo el cura en la misa del Papa, "viví este tiempo en gracia", y si ya me perdonó Dios, ¿por qué no perdonarme yo?
Así que intento y trabajo para perdonar todo lo que no hice, todo lo que hice y que considero que no debería haber hecho, y perdonarme por absolutamente todo. Si finalmente nadie sabe lo que va a pasar mañana, los sentimientos cambian, las opiniones y razones también, las historias quedan y nos construyen... los caminos se cruzan, el mundo es redondo, y un largo etcetera.

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